La bañera en estos días de pandemia, se ha convertido en un espacio en donde los niños, además de asearse para mantener su higiene corporal buscan divertirse con el agua y los juguetes, es un momento para disfrutar y también para que los padres conecten con sus hijos luego de un largo de trabajo; sin embargo, médicos acaban de una vez por todas las sospechas de muchos padres, esos lindos patitos amarillos de caucho que a los pequeños les gustan utilizar durante el baño, pueden albergar en la bañera un refugio de una enorme cantidad de gérmenes.
De acuerdo con un estudio realizado en Suiza de los microbios que nadan dentro de los juguetes, revela que el líquido que sueltan al “apachurrar” los patos contenía “bacterias potencialmente patógenas” en cuatro de los cinco ejemplares estudiados.
Entre las bacterias halladas había Legionella y Pseudomonas aeruginosa, “esta última suele estar implicada en infecciones hospitalarias”.
Tal es el caso de Baylor, un pequeño habitante de Chicago que se vio afectado por tomar su baño acompañado de juguetes en la bañera y quien casi pierde la vista por una fuerte infección denominada celulitis severa.
La madre del menor relató que un día en la bañera notó que su pequeño hijo, a quien le echaban un chorro de agua con un juguete, se le tornó su ojo un poco rojo; horas más tardes llevaron al pequeño a emergencias, asumiendo que se tenía una infección (conjuntivitis).
A pesar del medicamento, al día siguiente el pequeño Baylor tenía el ojo del doble de tamaño a cuando se fue a dormir y el enrojecimiento se extendió por toda su mejilla, situación que se agravó al tercer día ya que el pequeño estaba tan hinchado, que la parte blanca sobresalía de su parpado y su iris estaba oscurecido, además de tener fiebre de 40 grados.
El diagnóstico del menor fue celulitis severa, que se le fue extendiendo por su cara y ambos ojos, enfermedad que pudo ocasionar la pérdida de visión del pequeño Baylor, “me advirtieron que podía perder la visión en el ojo que estaba en peor estado, pero al final, gracias a Dios sus ojos se curaron. Así que ¿esos juguetes de bañera? Sólo tíralos”.
