Si no consigue nada, empieza a comer plantas para sentir la sensación de masticar algo y termina durmiéndose todo el día, afuera de una casa, en las paradas del camión, afuera de los restaurantes o farmacias para según ellos “matar él hambre” y ahorrar la poca energía que tienen.
Y si, de seguro que los has visto, es inevitable no mirarlos y pasar de largo, pero lo más triste es que cuando se despiertan, el hambre no se ha ido, al contrario, se ha incrementado y van a las bolsas de basura para encontrar quien sabe qué, otros se comen su propia popó y muchas veces a la mayoría tal vez, los agarra la noche, los vence el cansancio y se quedan dormidos esperando que al siguiente día tengan un mínimo de suerte y encuentren alimento.
Y con hambre y todo, aun así, hay gente que los corretea, golpea o tenemos la clásica vecina que le llama a los de la “perrera” porque le estorba y le incomoda a la “señora” ver a un perro echo huesos rondando por su “colonia”.
Por favor, si está en tus posibilidades alimenta a un perrito callejero, y si puedes ayudar a un más, resguardarlo, esterilízalo y ayúdalo a encontrar un buen hogar, también pertenecen a este mundo, también ocupan un lugar aquí.
No seas Indiferente, es muy difícil tener hambre y sed y no poder hablar, ellos, como nosotros, están sobreviviendo.
“Rescatemos y protejamos la vida animal”
Autor: Por los hermanos sin voz.